Erasmus Darwin, El jardín Medicinal y la sorpresa del destino

De las maravillas que tiene viajar, la que mas me motiva, es la azarosa energía de encontrarte con algo que no buscabas, pero que era para vos. Terminar en un lugar que no esperabas, encontrando eso, que no estabas buscando.

La casa de Erasmus Darwin, fue una de esas sorpresas del destino.

Había viajado a Inglaterra, en un viaje de lo mas extraño. Necesitaba salir de la zona Shengen (una zona en la que solo podes permanecer 90 días y yo me excedía por 6), por tanto, resolví ir una semana a Inglaterra (que no forma parte del tratado) y volver a continuar mi giro por España.

Otra vez Inglaterra, me hizo volver a verla, y yo, encantada.

Cuando llegué y hasta mitad de mi estadía, no sabía que existía un tal abuelo Darwin y que cerca del pueblo donde paraba en casa de mi primo, estaba su casa.

Siempre hay algún compañero de viaje, algún guía que aparece, y esos guías iban a ser mi primo y su compañera.

¿Por que no la llevas a la casa que tiene el vivero?

Mi primo venía mostrándome todo lo que pudo en Inglaterra. Donde vivieron, las cosas que pasaban en el pueblo, por qué a él le gustaba vivir en Inglaterra, y yo, mientras el auto se movía por las pequeñas calles,  regodeaba mis pupilas de jardines y edificios antiguos. 

Los negocios cerrados a las 6 de la tarde, y una niebla que insistía con visitar las calles después de las 19.

Esa tarde, fuimos a conocer Lichfield, llegamos al lugar y no fue hasta llegar a la puerta, que entendí dónde estaba.

La casa museo de Erasmus Darwin

Erasmus, hacia estudios sobre las plantas pero también sobre las palabras.
Las palabras, las plantas y el cuerpo son las cosas que mas me fascinan en la vida.

Erasmus Darwin fue el abuelo del tan conocido Charles Darwin.

Que aunque hoy esta muy de moda descreer la teoría de la evolución, yo encuentro una forma fluída que me ayuda a explicar, esos procesos mediante los cuales, los seres vivos pueden adaptarse al entorno.
La teoría de la evolución, no es mas que una teoría de la metamorfosis, de la transformación.

Erasmus, fue el primero en escribir acerca de como los seres vivos se adaptan y transforman. Posteriormente, Charles continuo en esa linea de investigación.

Algo que me fascino de él, fue que tenia una “sociedad de la Luna” en la que se juntaba, por las noches, con otros pensadores de la época para discutir sobre ciencia, cuerpo, inventos, etc.

Lo curioso es que, pensando en la época en la que esto sucedía, imaginando una Inglaterra cuasi medieval, donde no había luz, era algo impensado, mas la Luna llena permitía moverse con mayore seguridad. Y así como animales, movidos por su deseo de saber, elegían esas noches para reunirse.

Una casa modesta y un jardín que era un tesoro “una granja de plantas”. Dejada crecer al estilo de los jardines ingleses, algo mezcladas y alborotadas, se alzaban sobre la tierra, cada una con su cartel.

Ahí estaban. Seres que inspiraron que un ser humano escriba un libro sobre ellas.
Sobre como se abren, como viven, como se transforman.
La poética de la existencia misma, que inspiró la curiosidad de dedicar su vida a observarlas, a conversar con su esencia.

Pensar en el tiempo, es sacar capas de construcciones, y pensar a Erasmus y la sociedad de la Luna en esos momentos, explica el por qué de la escritura poética.

Si hay algo que desenmascara a un Alquimista, es su forma de comunicarse, porque para expresar la materia sin arrancarle el alma en el proceso de nombrarla, se debe practicar el ejercicio de la poética.

Escribía poesía ya que es la forma de acceder con la palabra, al idioma de lo sutil, del alma.



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